Antonio Flores, CEO de Loop New Business Models
Una nueva forma de competir: Sólo lo único se convierte en referente, sólo los referentes sobreviven
Nos enfrentamos a mercados sobre-producidos y sobre-ofertados, con menor tamaño para operar, donde coinciden un numeroso grupo de competidores en pos del mismo cliente. Mercados que se mueven más rápido y donde el factor velocidad se ha vuelto clave: Rapidez para difundir el conocimiento y rapidez para anular las ventajas competitivas del otro.
Hoy y gracias a los entornos digitales, es prácticamente imposible saturar de productos un mercado antes de que el conocimiento que los conforma llegue a todos los lugares y en consecuencia, a todos nuestros competidores. No es una cuestión de inversión, es de rapidez tecnológica.
La velocidad de difusión, copia y anulación de las ventajas competitivas es tan grande que está obligando a las empresas a revisar sus sistemas de amortización: Hoy la obsolescencia conceptual llega antes que la amortización del esfuerzo que se ha realizado, condenando a la pérdida a numerosos productos y servicios. Este es un factor oculto de la crisis actual: Las empresas no saben cómo amortizar, solo les ha quedado el recurso de deslocalizar a países de mano de obra barata; aunque hoy ya sabemos que ello se ha convertido en un arma de doble filo, y se vuelve en contra de aquellas economías que lo han fomentado.
Los procesos de excelencia también están en revisión; la excelencia está al alcance de muchos, se puede comprar y ha dejado de ser un elemento diferencial. La excelencia iguala y homogeniza a todos; ser excelente no es suficiente para asegurar la vida de nuestros negocios y competir. La gran difusión de los procesos de excelencia ha puesto en evidencia la necesidad de fomentar aquellos aspectos propios y singulares del modelo de negocio, la excelencia unificadora ha anulado la opinión propia de muchos ejecutivos y ha hecho desaparecer un factor clave diferencial: la filosofía propia en los negocios.
La filosofía no es más que el vehículo por el cual el colectivo de personas que conforman una empresa (a través de su modelo de negocio) transmiten su filtro personal, su experiencia acumulada, las ventajas competitivas culturales y autóctonas a través de un pensamiento transversal, prácticamente imposible de copiar, que en el caso de hacerlo, convierte la copia en burda por lo evidente de la misma.
Hoy, ser excelente no basta; debemos ser únicos. Sólo aquellos modelos de negocio que consigan ser únicos sobrevivirán, elevándose a referente de mercado: Un referente es aquello que define y marca las reglas del juego y le otorga a aquel que lo es una ventaja competitiva natural.
Si acudimos a nuestro imaginario de empresas a las que otorgamos una capacidad superior para competir y sobrevivir, nos aparecerán aquellas que disponen de modelos de negocio únicos. En el ámbito internacional probablemente nos aparecerán nombres tópicos como Apple, Nespresso, Google, Amazon, Samsung, etc. En el ámbito estatal empresas como Vueling, Imaginarium, EVO Banco, Inditex, Desigual, etc.
Atrevámonos a pensar distinto, más allá de la ortodoxia de la excelencia, a tener de nuevo pensamiento propio y autóctono en los negocios. Apliquemos de nuevo filosofía propia inigualable a todo aquello que hagamos, por encima de la propaganda metodológica. Solo así sobreviviremos y brillaremos en unos mercados cada vez más saturados de oferta, pero paradójicamente cada vez más necesitados de diferenciación y de empresas que les iluminen en el camino.
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