“Hey! Ho! Let´s go! Hey! Ho! Let´s go!” ¿Te suena de algo?

Este es el estribillo de la canción “Blitzkrieg Bop” de los Ramones, que se publicó en el primer álbum de la banda en 1976. Este tema está considerado como uno de los hitos no solo del punk rock, sino de la música en general, y para muchos es la primera verdadera canción de este género.

Seguramente, más de uno de los que está leyendo este artículo, ha disfrutado, igual que yo, de las míticas noches de concierto esta banda de rock en Europa: frenéticas, oscuras, escenarios sencillos y vacíos que había que llenar solo con el sonido de guitarras y batería. 27 canciones en la primera hora de concierto. 54 en total, en menos de dos horas. Agotador. Un ritmo brutal, un sonido metálico. Todo muy sencillo, básico. Melodías planas, de duración corta, pocos arreglos e instrumentos clave. Compases y tiempos rápidos, ágiles, flexibles y cambiantes. La verdadera esencia del punk rock.

Simplifiquemos estructuras para ser más rápidos y ágiles

Algunos críticos dicen que es el origen del rock de hoy de muchos grupos archiconocidos como Green Day, Red Hot Chilli Peppers, Dead kennedys o Bad Religion. Grupos que hoy tienen éxito y que son referencia en el panorama musical. Parece que hoy sigue valiendo ese estilo, sencillo, rápido, ágil. Parece que hoy también se lleva el punk rock.

¿Por qué no pasa lo mismo en el mundo empresarial?

Cada día me encuentro con empresas más complejas que, además, presumen de ello. “Tenemos una organización matricial que está estructurada por “clusters” geográficos y “business units” en la que tengo reporte directo a cuatro jefes ubicados en cuatro ciudades diferentes, en tres continentes”. Esto es lo que me comentó el otro día un cliente. ¿Te suena?

Es cierto que los entornos empresariales en los que nos movemos son cada vez más complejos y que la economía es cada vez más global. Las corporaciones diversifican negocios y deslocalizan el trabajo para ser más eficientes, y la diversidad cultural cada vez es mayor en cualquier entorno, tanto multinacional como local. Los procesos son cada vez más complejos, y el manejo de información, a veces, nos sobrepasa. “Compliance”, auditoria, “controlling”, administración… En definitiva, rutinas difíciles de manejar, todas a la vez. Este es nuestro día a día.

¿No deberíamos ir hacia organizaciones más sencillas para poder gestionar adecuadamente toda esta complejidad que nos rodea?

Creo que deberíamos fijarnos en la esencia de nuestra empresa, y hacer nuestra reflexión relacionada con el punk rock: intentemos volver un poco a los básicos, a melodías (procesos) más planas, a fijar sólo instrumentos (posiciones) clave y a reducir los arreglos (burocracia). Simplifiquemos estructuras para ser más rápidos y ágiles.

Aplanemos las organizaciones, apostemos por la polivalencia de las personas y por su movilidad. Hagamos organizaciones líquidas, oscilantes, flexibles, que se puedan mover en función de los cambios del negocio y del entorno. Esto solo se puede hacer con la asignación de responsabilidades a las personas, no se consigue con una descripción de puestos. Definamos hitos y retos concretos para cada uno, temporales, finitos, no dejemos a nuestros colaboradores que trabajen en un “business as usual” que duerma sus neuronas, que les lleve a la rutina.

Cambiemos dinámicas de trabajo. Simplifiquemos contratos. Contratemos especialistas temporalmente para lanzar proyectos nuevos, y terminemos con los contratos de “yo aquí me jubilo” .Tomemos “lean” como referencia, no solo para los procesos industriales, sino también para practicar el “lean management” en una “lean organization”.

¡Ya es hora de que hagamos un poco de punk rock en nuestra empresa! Al fin y al cabo, solo es volver un poco a los orígenes. No parece tan difícil.

Hey! Ho! Let´s go!

Si quieres escuchar la melodía que se nombra en este artículo entra en este enlace: Ramones Blitzkrieg Bop

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