Santiago de Miguel, Presidente de People Excellence

Santiago de MIguelA lo largo de estas semanas hemos recibido una lección de Liderazgo, probablemente una de las más difíciles decisiones que un Líder tiene que afrontar: el abandono o dimisión.

La dimisión de Esperanza Aguirre es, sin duda, una noticia de impacto, y probablemente una de las más complejas que ha tomado en su carrera personal; independientemente de las tendencias políticas de cada uno, es indudable que la dimisión de un político, no forzada, es una noticia en si misma y podemos extraer algunas lecciones, válidas en mi opinión para los líderes empresariales.

Es evidente que el Liderazgo no puede ser eterno, y en ocasiones nos forzamos en mantenerlo de manera ficticia, sin ser siempre conscientes del daño que podemos hacer a la compañía o al propio proyecto empresarial. La cuestión es que el Líder tiene que saber irse, tiene que ser consciente de cuándo ha pasado su periodo y ser coherente con su propio liderazgo cuando se dan una serie de factores, que deben llevar a pensar que es mejor dar “el pase” a nuevos Líderes.

Hay una serie de circunstancias que deben hacer reflexionar al Líder sobre si es su momento y debe demostrar uno de los Valores que tiene que estar presente en todo momento: el de la falta de egoísmo por el apego al puesto. Por un lado, considerar que si el entorno requiere otro tipo de Liderazgo, debe dar paso a profesionales que puedan desarrollarlo. Además, es una gran lección pensar que si no estás de acuerdo con el rumbo que está llevando la situación o no te sientes cómodo con lo que se te pide, lucha por cambiarlo,  pero si tras dar “la batalla” la situación no mejora, el Líder debe tener la dignidad de irse.

Hay algo que es esencial para las posiciones de Liderazgo, y es la ilusión por el trabajo, la ilusión por aportar, y la energía por seguir desarrollando un proyecto, pero como detrás de un Líder no tiene por qué haber un superhéroe, cuando esta ilusión se acaba, mantenerse es perjudicial para el propio proyecto.

Algunas de las razones que ha aducido esperanza Aguirre para su dimisión tienen que ver con el aspecto personal; que el Líder se muestre sensible a su familia, que sea percibido como una persona que no sólo ve el poder, humaniza y hace más cercana a la figura.

Esta política, con sus claros y sombras en la gestión, sin duda nos hace reflexionar sobre la necesidad de Líderes y políticos que desarrollan su trabajo por vocación, y que saben que no es eterno, porque los líderes que se adaptan a cualquier circunstancia, aunque para ello pierdan sus principios, valores, abandonen a los suyos y se crean imprescindibles, no merecen el apelativo de Líder…aunque no seré yo quien les ponga uno nuevo.

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Santiago de Miguel, Presidente de People Excellence

Santiago de MIguelA lo largo de estas semanas hemos recibido una lección de Liderazgo, probablemente una de las más difíciles decisiones que un Líder tiene que afrontar: el abandono o dimisión.

La dimisión de Esperanza Aguirre es, sin duda, una noticia de impacto, y probablemente una de las más complejas que ha tomado en su carrera personal; independientemente de las tendencias políticas de cada uno, es indudable que la dimisión de un político, no forzada, es una noticia en si misma y podemos extraer algunas lecciones, válidas en mi opinión para los líderes empresariales.

Es evidente que el Liderazgo no puede ser eterno, y en ocasiones nos forzamos en mantenerlo de manera ficticia, sin ser siempre conscientes del daño que podemos hacer a la compañía o al propio proyecto empresarial. La cuestión es que el Líder tiene que saber irse, tiene que ser consciente de cuándo ha pasado su periodo y ser coherente con su propio liderazgo cuando se dan una serie de factores, que deben llevar a pensar que es mejor dar “el pase” a nuevos Líderes.

Hay una serie de circunstancias que deben hacer reflexionar al Líder sobre si es su momento y debe demostrar uno de los Valores que tiene que estar presente en todo momento: el de la falta de egoísmo por el apego al puesto. Por un lado, considerar que si el entorno requiere otro tipo de Liderazgo, debe dar paso a profesionales que puedan desarrollarlo. Además, es una gran lección pensar que si no estás de acuerdo con el rumbo que está llevando la situación o no te sientes cómodo con lo que se te pide, lucha por cambiarlo,  pero si tras dar “la batalla” la situación no mejora, el Líder debe tener la dignidad de irse.

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