En la actualidad conviven en las empresas tres generaciones casi antagónicas, fruto de los drásticos cambios en los últimos 50 años: los millennials o Generación Y, cuyos miembros nacieron en los ochenta y noventa, los más veteranos baby boomers y la que le sigue, la generación X. Y aunque siempre han convivido diferentes generaciones en una misma empresa, nunca habían sido tan heterogéneas como hasta ahora en su forma de pensar y concebir el mundo del trabajo.
La convivencia de generaciones con intereses y comportamientos tan diferentes, plantea la cuestión de cómo atraer, retener y motivar a personas tan distintas, y la gran pregunta de cómo afrontar el relevo generacional en el seno de las organizaciones. ¿El talento de los baby boomer desaparece con su salida de las empresas? ¿El conocimiento de los profesionales más jóvenes puede reemplazar la experiencia de los de mayor antigüedad?
Según Projections for the aging U.S. workforce, en 2020, el 25% de los empleados serán mayores de 55 años. Aunque la generación de los millennials está en el centro de todas las miradas, los más veteranos siguen teniendo un peso importante dentro de las organizaciones y ocupando puestos relevantes dentro de la empresa.
Las empresas deberían crear el entorno ideal para que las diferentes generaciones aprendan de las virtudes de las otras y el talento de la compañía se multiplique
Es la generación de mayor antigüedad en las compañías, la que más años ha trabajado. Se desarrollaron en un entorno difícil y crecieron en la cultura del esfuerzo y del trabajo, por lo que sus aprendizajes y experiencias profesionales son su principal activo. Son además, una generación comprometida con la compañía, y difícilmente la abandonarán para cambiar por otra. En muchos casos representan los valores más profundos de las organizaciones, e identifican su ADN cultural.
De ellos, las empresas valoran sobre todo el conocimiento del negocio que les otorga la experiencia, así como su capacidad estratégica. Son capaces de aterrizar la visión y convertirla en una acción eficaz, implementando los procesos adecuados con la coyuntura de la compañía y el mercado como hoja de ruta.
El contexto empresarial en el que se desarrollan las organizaciones en la actualidad, avanza en torno a la transformación digital, la adopción de la tecnología exponencial, y las estrategias de negocio disruptivas, pero también existe un business as usual que debe continuar, y estas personas, la generación baby boomer, son quienes mejor lo conocen. Han construido las compañías en las que trabajan, entienden el mercado en el que operan y los agentes con los que deben relacionarse.
Su conocimiento es práctico y basado en experiencias reales, lo que resulta una base esencial para su funcionamiento.
Estas virtudes de los baby boomers no son nada desdeñables. Su experiencia deberá complementar y enriquecer las nuevas ideas o iniciativas impulsadas por las nuevas generaciones.
Así que las empresas deberían crear el entorno ideal para que las diferentes generaciones aprendan de las virtudes de las otras y el talento de la compañía se multiplique. Deben estar trabajando ya en la gestión del conocimiento para garantizar que la experiencia de estas personas baby boomer no se marche de la empresa con su jubilación, sino que permanezca y forme parte de su patrimonio
Lo importante es el talento no la edad.
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