Carlos Palacios, Gerente de People Excellence
Según todos los estudios y revisiones sobre las “profesiones” más demandadas en la práctica de Recursos Humanos, una de las más solicitadas a nivel general es la de Community Manager. En el caso concreto del mundo del Marketing y la Comunicación, un 43 % de los puestos, según el observatorio laboral realizado por la IAB, eran para esta posición.
Cuando vemos el perfil de este profesional, en su gran mayoría nos encontramos con un profesional joven (menos de 30 años) y que trabaja a tiempo parcial. Esto nos lleva a pensar que en este momento este puesto está definido en una valoración baja.
En nuestra opinión, dar a esta posición casi una función de junior, e incluso a veces de becario, es un grave error, que parte probablemente del pensamiento inexacto que se tiene de la aportación de esta figura a la gestión de las nuevas tecnologías y mecanismos de comunicación interna / externa y de formación dentro de las compañías.
Si estamos dejando en manos de un perfil con poca experiencia la gestión del “social media” de la compañía, es que no estamos apreciando el valor potencial de ésta a la estrategia de Comunicación y de Formación de la empresa.
En nuestra opinión, y centrándolo en nuestro área de especialidad que son los Recursos Humanos, el Community Manager se ha desarrollado como un puesto de gestión de contenidos, controlador de aspectos tecnológicos y de publicación, dinamización en las herramientas / plataformas de formación o intercambio de opinión e información de la empresa. Quizás estas formas de entender el puesto conformen algunos de los motivos por los que la figura del Community Manager no acaba de “despegar”.
Por tanto debemos dar a esta figura, y a los profesionales que ocupan el puesto, competencias diferentes orientadas a un verdadero “buscador de información”, un “facilitador de opinión”, que dedique su tiempo, no a “colgar” información o a dinamizar foros para que la gente participe, si no a identificar quién tiene el talento y la información en la compañía.
Esto puede resultar de interés porque engarza con la estrategia o con el desarrollo profesional que se quiere dar a figuras clave. El Community Manager debe dedicar su tiempo a generar debates a partir de temas de interés (internos o externos) para los profesionales y, por supuesto, debe asegurar la calidad y utilidad de la información.
El perfil profesional por tanto, tiene todavía recorrido en algunos aspectos claves como son, en nuestra opinión: el nivel de interlocución, su entendimiento del negocio, su capacidad de análisis, la necesidad de estar al día interna y externamente, la capacidad para generar o aprovechar nuevas metodologías de formación y comunicación, etc. Probablemente estamos generando demanda de técnicos de gestión de contenidos, pero las preguntas sobre las que debemos reflexionar son: ¿estamos de verdad buscando Communities Manager?. Y, ¿sabemos para qué queremos uno en nuestras áreas de Comunicación y de Recursos Humanos?
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