Recomendaciones que nos van a permitir encontrar nuevas motivaciones y espacios de felicidad en nuestro día a día
Por Alfredo Galán Martínez, Senior Concultant de People Excellence
Nos encontramos en una situación económica y social ciertamente incómoda, de la cual ni nuestros políticos ni nuestros gobernantes, ni organizaciones supranacionales, van a poder sacarnos fácilmente. Hemos perdido el tren de la competitividad con nuestros homónimos de la UE, e incluso países bastante menos industrializados que nosotros hace cinco años, empiezan a acecharnos. Sólo nos queda confiar en nosotros mismos y avanzar hacia adelante. Dejarnos de excusas y pensar en nuestro entorno, nuestro futuro y en la imperiosa necesidad de mejorar día a día para que entre todos, salgamos de esta situación. Quizá suene muy propagandístico y visceral, pero es la única forma de conseguirlo.
Y bien, ¿cuál ha de ser nuestro objetivo como país? Los expertos señalan que una economía más abierta, orientada a la innovación y la creación de valor diferencial es la clave para potenciar nuestra competitividad. Potenciar la investigación, el emprendimiento y orientarnos a nuevos sectores son las recetas principales para lograrlo, sin olvidar, por supuesto, una mejora de nuestra productividad y forma de trabajar, quizá algo alejada de esa filosofía de esfuerzo común y trabajo en equipo existente en países líderes como EEUU, Alemania o las economías nórdicas. Y para ello, es necesario un cambio cultural que desde luego, no va a ser impulsado por nuestros políticos. Hemos de impulsarlo entre todos nosotros.
¿Y cómo puedo mejorar día a día en mi puesto de trabajo? Trabajes en una oficina, seas funcionario, estudiante, autónomo, comercial, informático, ama de casa, bombero o profesor, camarero, albañil o fontanero, o incluso estés en el paro, a continuación te voy a trasladar una serie de consejos y recomendaciones que te van a permitir encontrar nuevas motivaciones y espacios de felicidad en tu día a día. La clave pasa por no acomodarnos y proponernos retos exigentes que nos ayuden a salir de nuestra zona de confort, sólo así aprenderemos y progresaremos en todo aquello que nos interese, impactando de forma positiva en el bien común. Para ello, te recomiendo a continuación una serie de consejos que te facilitarán el desarrollo personal y profesional en un corto y medio plazo.
1. Reflexiona individualmente sobre tu situación actual. Mírate ante el espejo. ¿Cómo te ves? ¿Eres feliz en tu día a día? ¿Esperas con locura la llegada del fin de semana para huir de la rutina? ¿Te dedicas a aquello que más te apasiona?
2. Ponte objetivos a partir de la reflexión anterior. Piensa en qué quieres o debes mejorar y analiza tus fortalezas y debilidades ante ellos. Desde mejorar una habilidad necesaria para tu desempeño profesional, ser feliz en el trabajo, hasta estudiar ese máster olvidado que tanto deseas, lograr un empleo o lanzar el proyecto empresarial que tienes pendiente.
3. Toma conciencia de la situación y oriéntate al cambio. Tú eres el dueño de tu destino, y el principal artífice de cambiar la situación. Tu esfuerzo y constancia suponen la clave para lograr los objetivos.
4. Es importante que pienses en el bien común. Encuentra la motivación no sólo en tus intereses individuales o de los que te rodean. Piensa en el bien común y en la necesidad de “tirar del carro” y pon tu granito de arena para mejorar la situación actual.
5. Elabora tu plan de acción. A partir de los objetivos que te has marcado, piensa en las herramientas, habilidades y personas que te pueden ayudar a conseguirlo. Se proactivo y no esperes a que nada caiga del cielo, busca alternativas y define plazos ambiciosos.
6. Pon en práctica valores clave: suenan muy bien y todo el mundo los conoce, pero ¿los llevamos siempre a cabo? Esfuerzo, trabajo en equipo y humildad. Día a día, minuto a minuto, tenlos siempre en mente y las cosas irán mejor.
7. Se eficiente y eficaz. No pierdas el tiempo. Intenta hacer las cosas lo mejor posible pero sin gastar demasiadas energías en una sola tarea o actividad. Se proactivo y no esperes a que otros te ayuden a resolver ciertas situaciones, utiliza tu propio ingenio.
8. Compagina tu trabajo o actividad diaria con actividades de ocio placenteras y que te llenen, como la práctica de algún deporte, la lectura o la práctica de algún hobbie como el baile, la pintura o la fotografía. Te permitirá desconectar y complementar tu día.
9. Colabora en crear un entorno más positivo y optimista: olvida desavenencias con tus compañeros o allegados, sonríe siempre, trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti, y relativiza los problemas y errores del día a día. Con negatividad no vas a conseguir lograr tus objetivos.
10. Abre tu mente: existen otras realidades más allá de tus creencias y formas de ser y hacer. Escucha, analiza y valora las ideas y aportaciones de los otros, pues te pueden ayudar a conseguir tus objetivos y disponer de mayores herramientas y recursos.
11. No tengas miedo a equivocarte. Nadie es perfecto, equivocarse es la clave del aprendizaje y la base para mejorar y aprender de los errores cometidos.
12. Y si al final de todo esto, te has dado cuenta de que no te gusta tu trabajo o actividad, busca siempre el lado positivo a tu misión diaria. Y sin aun así no la encuentras, puede que sea el momento de empezar de nuevo por el consejo número uno de ese post…busca nuevos objetivos, nuevos retos.
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