Cualquier profesional de la búsqueda, a lo largo de su vida, se ha encontrado en situaciones en las que a determinados CV no les ha prestado la atención suficiente para poder leerlo completo y entender la trayectoria del posible candidato, por lo que es rechazado y no se le retiene para una posterior entrevista.
La principales causas que me atrevería a señalar son:
C.V. Excesivamente largos.
Un buen CV no tiene que tener más de dos hojas por las dos caras. Tiene que ser claro y conciso sobre los puestos desempeñados y los logros conseguidos. Un CV de 5/7 páginas en la mayoría de las ocasiones detalla cursos/ seminarios que no añaden valor, y explica con un detalle excesivo las diferentes posiciones realizadas, sin relevancia de los logros alcanzados.
No dar datos concretos de los logros conseguidos.
En la mayoría de los casos, se especifica la misión y objetivos del puesto realizado , no se habla de los resultados que se han conseguido con datos y porcentajes que te permitan tener una visión de lo realizado. Cuando sucede esto, la mayoría de las veces la participación directa en proyectos fue escasa o los resultados no se consiguieron.
Sin un resumen del perfil personal y profesional en la primera hoja del CV.
Este resumen tiene que reflejar claramente quién soy, qué sé hacer, qué he hecho, a dónde quiero dirigirme, y estar orientado a llamar la atención de la persona que lee el CV. Tiene que tener un máximo de 8/10 líneas y tiene que ofrecer una visión clara del candidato.
Datos personales y foto de la cara.
Automáticamente, los CV que se envían con fotos de cuerpo entero y en distintas poses, no pasan el primer filtro; dicen muchas cosas de la persona. Tampoco los que no contienen los datos mínimos personales.
Mala presentación del CV.
El CV es la tarjeta de presentación de una persona, cuando se envía tiene que estar bien ordenado por fechas, tener clara las titulaciones, los niveles de idioma que se hablan y objetivos alcanzados en las diferentes empresas o en las diferentes etapas profesionales.
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