En los últimos meses, en People Excellence estamos abordando un proyecto de Impulso y Transformación Directiva, bajo el formato de Leadership Academy con los 400 Manager de una empresa multinacional. Entre los diferentes recursos de aprendizaje y reflexión que se despliegan, uno de los de mayor impacto es el storytelling. Lo realizan los Directivos del Comité de Dirección al inicio de cada sesión.

Escuchar a la primera línea directiva sus vivencias de éxito y fracaso a lo largo de su carrera profesional aporta un punto de reflexión inmejorable. La pasada semana hubo una historia que me impactó de manera especial. Se titulaba, “Cómo sobrevivir a un Ceo” o “Lo que he aprendido de los 3 jefes que he tenido”.

Siguiendo la misma línea, me permito compartir esta reflexión en primera persona e invitaros a que también la hagáis.

Primer jefe (mis 5 primeros años laborales) Be my clon!

De mi primer jefe aprendí una profesión. Su forma de enseñanza era por experiencia. Es decir, “mira cómo lo hago y repítelo. Intenta no improvisar, imaginar ni crear porque careces de criterio para ello. Cuanto más me copies, mejor te irá”. Suerte tuve que era un hombre brillante y excelente en su trabajo. Su forma de trabajar era el ejemplo, la obsesión por la calidad y el modelo único. Sin embargo, su gran lastre era no aceptar otras visiones o puntos de vista. Solo valía un camino, crear clones de sí mismo.

Segundo Jefe (15 años laborales) Learning about business!

Echar la vista atrás y reflexionar sobre los éxitos y fracasos es una gran ejercicio para enfocar el futuro de forma constructiva

En un rango tan amplio de años no tuve uno solo, sino varios. Sin embargo, me fijaré en quien dirigía la organización, que es quien más me impactó y aportó. De él aprendí la capacidad para relacionarse y para vender ideas, proyectos, personas, compañía… Aprendí como se crea deseabilidad en los clientes desde el valor de los proyectos. Aprendí cómo se crea una marca. Aprendí también a ganar dinero y a hacerlo ganar a la compañía. Sin embargo, en una segunda parte me enseñó una peor cara. La cara del liderazgo directivo y controlador, de aquellos que cuando las cosas van mal en vez de impulsar la organización la reducen al estricto control y cargan esa responsabilidad sobre la organización y no sobre la dirección. La cara de quien considera que sus directivos de confianza son los que le afirman y no quienes le discrepan.

Tercer Jefe (2 años y medio hasta hoy…) Be yourself + Add value + Take responsability!

De mi jefe actual estoy aprendiendo el valor y la dificultad del liderazgo participativo. Trasladarte todo el peso de la toma de decisiones, toda la libertad de actuar y decidir qué, cómo y cuándo. Dar toda la confianza a los equipos y a las personas y jugársela todo a una carta. La responsabilidad de la gente frente al trabajo. El mejor aprendizaje: apoyar y permitir que cada uno aporte de sí lo mejor. La libertad para innovar, para crear siempre bajo un denominador común: la calidad y la excelencia al cliente. Rodearse de los mejores como clave para aportar lo mejor. La peor consecuencia: si en la organización hay quien no tiene mucho que aportar o carece del sentido de la responsabilidad para hacerlo, actuará como freno y destructor de la organización. La libertad y el libertinaje se parecen pero no son lo mismo.

Tener la capacidad para echar la vista atrás y reflexionar en un balance equilibrado de aportación de éxitos y fracasos es una gran ejercicio para enfocar el futuro de forma constructiva… ¿Lo has probado alguna vez?

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