Por todos es conocido que en los últimos años han comenzado a desarrollarse modelos de negocio sorprendentes e innovadores que están teniendo un éxito demoledor en la sociedad globalizada. Es el “boom” de la economía colaborativa, todas esas herramientas que pueden facilitarnos la vida, tanto si actuamos como oferentes o como demandantes. Nos referimos a los Airbnb, Uber, BlaBlaCar, Dogbuddy, Triip, Wallapop, etc. compañías que han revolucionado nuestra vida y que nos permiten abaratar y simplificar procesos y necesidades tan comunes como transporte, alojamiento o visitar una ciudad de Europa con un guía local.

Aunque muchas de estas compañías ya tienen un tamaño más que considerable y un negocio consolidado, han comenzado a surgir nuevas empresas y modelos de negocio, buscando el éxito de las anteriores. Su nacimiento ha generado una masificación de “start-ups”, de las que muchas sobrevivirán, y otras acabarán integrándose en algunas ya existentes.

Este nuevo paradigma “colaborativo”, nos lleva a realizar varias reflexiones sobre el presente y el futuro de la función de RRHH y cómo va a tener que adaptarse a la llamada “nueva economía”. Podemos identificar dos principales ámbitos de cambio:

  1. ¿Cuáles son los retos de la función de RRHH en organizaciones con este modelo de negocio?
  2. ¿Puede la economía colaborativa irrumpir en el mercado laboral y cambiar por completo el paradigma de la adquisición y gestión del talento?

Una “start-up” no es un negocio tradicional, y por tanto, su funcionamiento interno se rige por la incertidumbre constante y la necesidad de adaptarse a entornos cambiantes. Además, suelen contar con un tamaño reducido y estructuras de soporte optimizadas y generalmente externalizadas. En este sentido, la función de RRHH es enfrentarse a tres importantes retos de gestión.

El primero implica la necesidad de desarrollar y contar con una alta polivalencia de perfiles. Comerciales con alto perfil tecnológico, consultores internos, o programadores con visión estratégica de negocio, son sólo algunos ejemplos de perfiles “poco comunes” en el mercado laboral actual, y que es necesario adquirir y desarrollar.

El segundo, es la diversidad. Si las empresas no son capaces de encontrar estos perfiles en el mercado laboral tradicional, tendrán que acudir a otros. Atraer talento del exterior, contratar freelance para determinados proyectos, o externalizar ciertas funciones a otras compañías, suelen ser las decisiones más comunes. Y es aquí donde es necesario gestionar la diversidad. Equipos con perfiles heterogéneos: formación, cultura y conocimientos diferentes, pero que han de contribuir a objetivos y motivaciones similares. En este caso es fundamental contar con culturas corporativas abiertas y creativas, un estilo de liderazgo participativo y por supuesto, una alta exposición al fracaso y al riesgo.

Estas necesidades de polivalencia y de diversidad generan un tercer reto clave. La creación de entornos de trabajo verdaderamente colaborativos y generadores de valor. El éxito de una “start-up” está directamente vinculado a la capacidad de sus profesionales de innovar y de crear soluciones de forma constante y adaptada al mercado. Y esto es sólo posible a través de equipos de trabajo conectados, coordinados y orientados al éxito. En este sentido, ya no es sólo necesario contar con herramientas de colaboración en red, espacios de trabajo abiertos o trabajar en la nube. Ahora se trata de conectar el conocimiento y de generar redes de colaboración que permitan acceder al tipo de talento necesario en cada momento, de forma ágil y eficaz.

Estos tres retos de la función de RRHH tienen relación directa con la segunda cuestión que planteaba anteriormente. Este nuevo paradigma requiere nuevas formas de atraer y conectar el talento. Y es ahí donde la economía colaborativa puede ofrecer muchas alternativas. Cada vez parece más claro que durante los próximos años van a surgir nuevas plataformas colaborativas que van a acercar de forma innovadora y diferente, oferta y demanda de talento. Si bien Infojobs lleva ya unos años con un espacio de reclutamiento específico para freelances, otras redes como Linkedin o especialmente XING o Viadeo, ya han comenzado a innovar en esta línea. Ahora ya es posible ofrecer un perfil profesional de forma abierta a empresas y reclutadores de todo el mundo, y encontrar posibles colaboraciones, tanto temporales como indefinidas. La creatividad, las referencias y experiencia contrastada y la disponibilidad, son las claves para diferenciarse en este nuevo contexto de redes de colaboración o mercados de talento. No será difícil encontrar pronto una plataforma que permita valorar trabajos, experiencias o iniciativas desarrolladas por un profesional, igual que hoy hacemos con hoteles o con conductores de Uber, y que estos profesionales reciban ofertas para trabajar en proyectos concretos según esta valoración.

Si estas redes consiguen consolidarse como una fuente importante para reclutar talento, estaremos ante un nuevo paradigma en la gestión de personas, que puede impactar de forma relevante en las estructuras actuales de las organizaciones. Estaríamos ante un escenario en el que las compañías incorporarían o darían salida al talento en función de proyectos, iniciativas o programas de negocio, y en el que no tendría sentido contar con profesionales fijos adscritos a una determinada función o posición. Sería el llamado mercado de trabajo 3.0, que ya funciona de forma informal en determinadas industrias y sectores, como la restauración o la comunicación, pero que amenaza con aterrizar en grandes multinacionales y sectores tradicionales. El tiempo lo dirá.

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